El pasado 14 de mayo de 2021, en horas de la noche, se ejecutaba la medida de «embargo» contra la sede física de El Nacional, que dictó la Sala de Casación Civil el pasado 16 de abril de 2021, mediante sentencia No. 81.
Existen fundados argumentos para cuestionar la legitimidad de la Sala de Casación Civil y afirmar que esta sentencia es resultado de un proceso claramente utilizado con fines políticos al desconocerse el principio de cosa juzgada; violarse el principio de confianza legítima; violarse el principio de igualdad ante la ley; etc.
Esta sentencia también es contraria a la doctrina internacional de los derechos humanos. La relatoría de la Libertad de Expresión de la propia Comisión Interamericana de Derechos Humanos dejó asentado que: “La reproducción fiel de información no da lugar a responsabilidad, aun en los casos en que la información reproducida no sea correcta y pueda dañar el honor de alguna persona. Las bases de esta doctrina se encuentran en la necesidad de la libertad de expresión e información para la existencia de una sociedad democrática”.
Es una clara y frontal violación de la propiedad privada y de la libertad de expresión y debe recordarse que desde el año 2017, estrangulado por la voracidad tributaria, la crisis económica y la escasez del papel gracias al control de cambio, El Nacional puso fin a su edición impresa y empezó el fortalecimiento de su versión digital.

Antes de la sentencia de la Sala de Casación Civil, gracias a una política intencional de destrucción de la propiedad privada, El Nacional estaba reducido a su mínima expresión. Para el año 2017, los periodistas de planta que quedaban que renunciar y quedó vacía su sala de redacción.

El constante asedio contra El Nacional no sólo lesiona el patrimonio de la familia Otero, es un golpe mucho más duro para todo un país. La sede de los Cortijos de El Nacional no era solo el recinto de uno de los medios más importantes de Venezuela, sino un centro de investigación, estudios y usos múltiples. El periodista Sergio Monsalve refiere las enormes oportunidades que brindó El Nacional a las nuevas generaciones con la sección Nuevas Firmas y al ser sede de la Maestría de estudios avanzados de periodismo era una auténtica escuela (https://globomiami.com/por-el-rescate-de-la-sede-de-el-nacional/).
Para Cedice Libertad era y es un gran aliado. No sólo porque varios de las firmas de opinión son miembros de Cedice, sino porque ha brindado en reiteradas oportunidades sus espacios. En el año 2017, Cedice Libertad presentó en sus instalaciones el libro de Isabel Pereira Por un país de propietarios. También El Nacional editó Del buen salvaje al buen revolucionario. El Nacional es un verdadero espacio de difusión de ideas de libertad.
Por todo esto, recordemos que:
- No se trata de un embargo, sino de una expoliación, esto es, un despojo de la propiedad sin las debidas garantías constitucionales.
- Se trata de un golpe frontal a la propiedad privada, sin la cual es imposible el ejercicio de otros derechos y libertades, en este caso, la libertad de expresión y de información.
- No se trata de un golpe contra El Nacional, resultado del trabajo de 3 generaciones, sino un golpe contra todos los venezolanos; contra su identidad cultural y memoria histórica.