Para cualquier lector o ciudadano inadvertido, podría parecer que las líneas a continuación esbozadas hacen referencia a la popular franquicia cinematográfica que lleva este mismo nombre donde, como resultado de un experimento de laboratorio, un grupo de primates superdotados escapa del cautiverio humano y crea una rudimentaria organización social, estableciendo alianzas que posteriormente les permitirán confrontar a sus adversarios más evolucionados en búsqueda de disputarle la supremacía global como especie dominante y su derecho a existir. Sin embargo, distinción aparte de lo aquí señalado que examina el crítico estado social, económico, político e institucional que atraviesa Venezuela consecuencia de la instalación de un modelo socialista real de planificación centralizada e intervención gubernamental en casi toda esfera de la vida de cada venezolano, no puede ser más necesario y oportuno marcar algunas consideraciones que siempre parecen armonizar, para dicha nuestra –y en atención a la posibilidad de comprender un tema desde otro lente- la ficción con la realidad, especialmente cuando de la condición humana se trata.
Ciertamente, la analogía aquí propuesta no remite en primer lugar con la mencionada película, sino que hace referencia a las investigaciones llevadas a cabo por el primatólogo holandés Franz de Waal en su obra titulada El Mono que Llevamos Dentro, donde entre otras cosas por demás interesantes, aborda dos elementos clave y actualmente en indiscutible pugna nacional: la capacidad de violencia humana procedente de nuestros ancestros y, al mismo tiempo, los cimientos del desarrollo moral que devienen, entre otros, en la autoconservación y el sentido de posesión, como forma de disposición original que evolutivamente daría paso al derecho de propiedad jurídicamente garantizado. En vista de la densidad de estos dos aspectos tratados por de Waal, nos referiremos en esta ocasión solamente al primero, la capacidad de agresión, sobre la que el investigador europeo explica: “La identificación grupal, la xenofobia y el conflicto letal, tendencias todas que se dan en la naturaleza, se han combinado con nuestra altamente desarrollada capacidad de planificación para ‘elevar’ la violencia humana a su nivel inhumano”. Respecto de los conflictos entre distintos clanes de chimpancés por recursos en su estado de naturaleza, señala: “… su respuesta fue que los atacantes mostraban un grado de coordinación y ensañamiento no visto en las agresiones intracomunitarias. Los chimpancés actuaban casi igual que cuando cazaban, y trataban al enemigo más como una presa que como un congénere (…) Hay informes de chimpancés que han vuelto a la escena del ‘crimen’ semanas después, aparentemente para verificar el resultado de su ataque”.
Sabemos que, en la actualidad, existen no pocos casos a nivel nacional que confirman nuestra efectiva herencia de esta inclinación hacia la violencia, pero pensemos, por un momento, en uno en particular muy reciente ocurrido en Caracas: el asalto desmedido, pérfido y ruin por parte de distintos cuerpos de seguridad del Estado, así como de civiles armados, contra el conjunto residencial conocido como ‘Los Verdes’ en El Paraíso, que conllevó la destrucción sistemática de bienes de propiedad privada y detenciones arbitrarias de residentes que ejercían su legítimo derecho a la protesta. En este sentido, ¿es factible establecer alguna comparación entre el comportamiento de estos funcionarios con la dinámica de los chimpancés o resulta una aventura hablar de estos atavismos al presente? De Waal parece orientarnos en al menos parte de la respuesta: “Por desgracia, este espantoso comportamiento no es diferente del de nuestra propia especie. Tenemos por costumbre deshumanizar a nuestros enemigos, igual que los chimpancés tratándolos como si pertenecieran a una especie inferior. Durante las primeras semanas de la guerra de Irak, me sorprendió una entrevista con un piloto norteamericano que explicaba entusiasmado que de chaval había seguido la guerra del Golfo y había quedado fascinado por las bombas de precisión (…) la guerra para él era un tema tecnológico, como un juego de ordenador al que finalmente se le permitía jugar. Lo que ocurría del otro lado, parecía no pasar por su mente. Quizá sea precisamente eso lo que quieren los militares. Porque, en cuanto uno comienza a ver al enemigo como un ser humano, las cosas empiezan a torcerse”.
Detenerse a meditar el asunto y repasar las imágenes que van y vienen de nuestra vida cotidiana hoy en Venezuela puede oscurecer definitivamente el panorama al mismo tiempo que darle una dosis de realismo para ser conscientes de lo que implicará revertir las ideas y emociones nocivas que se han irrigado en nuestra sociedad. No obstante, se debe decir del mismo modo que esta atmósfera decadente ha permitido el surgimiento –o la constatación- de lo mejor que podemos dar y ser frente a la fatalidad, esa otra arista moral dirigida a proteger lo propio, también estudiada por de Waal y que será comentada en la siguiente entrega del Observador de Coyuntura. Cerramos estas líneas con una breve anécdota que enlaza, de nuevo, ficción y realidad: en la cinta El Amanecer del Planeta de los Simios el líder de la revolución que conduce a los primates a la guerra contra los humanos mediante el engaño y el rencor lleva por nombre Koba, seudónimo que acuñaría el mismísimo líder soviético Iósif Stalin durante su vida.
Las 5 noticias clave:
1) Destrozos a propiedad privada y 23 detenidos fue saldo de arremetida contra “Los Verdes” en El Paraíso
Los Verdes y la sanguinaria violación de la propiedad privada
Cuando ocurre un hecho tan abominable por su brutalidad y desproporción contra las personas como fue el asalto militar y policial con métodos de terrorismo de Estado en contra de los habitantes de las Residencias El Paraíso, en Caracas, mejor conocidas como “Los Verdes”, con su saldo de violaciones a derechos humanos como la integridad personal, la libertad personal, la inviolabilidad del domicilio, el debido proceso y la presunción de inocencia, entre otros, es difícil hablar de una violación no menos grave ocurrida durante el hecho, como es la violación a la propiedad privada de los residentes de Los Verdes. Sobre cómo se produjeron estas violaciones, El Pitazo nos proporciona los detalles de la repudiable acción de los órganos represivos del Gobierno nacional: “En El Paraíso, fueron funcionarios de la Guardia Nacional y del Comando Nacional Antiextorsión y Secuestro (Conas) quienes ingresaron en “Los Verdes”, tomaron por asalto el edificio, tumbaron los portones, rompieron vidrios de los carros y, según denunciaron usuarios en Twitter, también robaron reproductores y objetos dejados adentro de los vehículos (…) La excusa de los cuerpos de seguridad fue que desde dentro del edificio habían accionado armas de fuego contra los funcionarios, hiriendo a tres guardias nacionales”. A las 10 de la noche la represión se intensificó. Según denuncias de los habitantes, los funcionarios destrozaron varios vehículos en el primer sótano del edificio, robaron reproductores y hasta baterías y tocaban las puertas de los apartamentos. Si alguno se negaba a abrirles, tumbaban las puertas. En los apartamentos revisaban todo y, si había jóvenes, eran detenidos. Una cosa es describir y otra diferente es presenciar y percibir las violaciones a la propiedad privada, como tuvo oportunidad de hacerlo uno de los investigadores de este Observatorio. Contemplar el dolor de las personas afectadas ante escenas como ascensores destruidos, puertas destrozadas y abaleadas, rejas derribadas como si de un ejército de ocupación se tratara, apartamentos de los que se llevaron objetos, mascotas asesinadas, vehículos violentados, robados y destrozados en parabrisas, ventanas y faros, sin justificación ni necesidad alguna, solo con el propósito de sembrar terror, inhibir la protesta ciudadana, empeorar las condiciones de vida de los habitantes de Los Verdes y, desde luego, empujarlos más a la pobreza, ante la gran dificultad que implica costear la reparación tanto de la propiedad común como de la particular devastada por la represión socialista. Este abyecto episodio de la política oficial de desconocimiento y violación sistemática de la propiedad privada se suma a los miles de casos de violaciones a este derecho fundamental, que tendrá más temprano que tarde ser objeto de reparaciones integrales por parte del Estado venezolano, a través de una ley especial en el marco de la justicia transicional a la que habremos de apelar para, en lo posible, compensar esta destrucción y violencia criminal.
Por: Luis Alfonso Herrera O. (Investigador Observatorio de Derechos de Propiedad)
2) En lo que va de año cuatro transnacionales detuvieron operaciones
Cierres, partidas y abandonos son algunas de las palabras y realidades a las que los venezolanos parecen estar habituados por la fuerza de los hechos, especialmente en lo que respecta a industrias, empresas y comercios en otro tiempo prósperos y oferentes de bienes y servicios valorados por todos, llevándose con ellos la posibilidad de acceder a empleos de calidad e inversión como aspectos inseparables del crecimiento económico y social, dejando como alternativas la dependencia gubernamental por vía del asistencialismo y el mercado negro por medio de la reventa. Las últimas compañías que integran la larga fila de paralizaciones son Colgate-Palmolive, Pirelli, United Airlines y General Motors, por razones que van desde la imposibilidad de acceder a materia prima hasta las dificultades para repatriar sus ingresos producto del rígido y corrupto control cambiario fijado por el partido de Gobierno. Mucho habrá que mirar los casos de países que se levantaron luego de tragedias nacionales como la nuestra para hacer posible el regreso definitivo de tantas empresas dispuestas a trabajar en Venezuela.
3) United Airlines cesó vuelos a Venezuela
Las escandalosas deudas que mantiene la actual Administración Pública con las aerolíneas internacionales siguen provocando la retirada de más firmas del territorio nacional. Se suma ahora la estadounidense United Airlines, que además del motivo anteriormente expuesto, indicó a través de un vocero autorizado que también se debe a las expectativas actuales, la depresión económica y la crisis política y social. «En todo mercado que servimos, nosotros revisamos continuamente la demanda de servicio y debido a que el servicio Houston-Caracas no está cubriendo nuestras expectativas financieras, hemos decidido suspenderlo a partir del 1 de julio«, fueron las palabras de Charles Hobart, portavoz de la compañía aérea. No hay muchos ejemplos en el mundo que representen de mejor forma en el plano simbólico el intercambio, la globalización y la interconexión que existe en el mundo como lo hacen las aerolíneas internacionales, una actividad más o menos rutinaria en el mundo que ahora se vuelve un privilegio para los venezolanos, en tanto nos aísla más de la vida civilizada y la modernidad.
4) Pirelli suspenderá operaciones en el país “de manera indefinida”
Tras 26 años de labores ininterrumpidas, el consorcio de neumáticos Pirelli informó que a partir de este mes cesarán sus actividades comerciales en la planta de Guacara, estado Carabobo, debido a la inexistencia de materia prima y los impedimentos restrictivos para su adquisición en el futuro próximo. La empresa insistió que, pese al deterioro actual, “su compromiso con el país los obliga a realizar todo lo que esté a su alcance para continuar con la oferta de neumáticos en el mercado local”, enviando un mensaje optimista a empleados y consumidores donde ratifica su interés en reestablecer próximamente sus operaciones, lo que dependerá definitivamente, tal y como ocurre con todas las empresas privadas, de un cambio estructural del modelo económico inseparable al cambio político que demanda la nación.
5) Conferry retira de su flota al deteriorado María Rosario
Meses atrás se supo que el buque conocido como “Carmen Ernestina”, perteneciente a la otrora naviera privada Conferry, sería desarmado para vender –o acaso traficar en el mercado negro- sus partes, a consecuencia de su hundimiento por falta de mantenimiento desde que el Gobierno nacional se adjudicó los derechos de propiedad sobre la compañía desde el año 2011. Ahora se sabe que no sólo presentan daños y fallas los buques responsables del traslado de visitantes a Nueva Esparta, sino que también los barcos de carga –alimentos, medicinas, unidades de transporte, mercancías de diversa índole- se hallan en estado de desolación, como es el buque “María Rosario”, retirado de operaciones en días pasados con motivo de su visible deterioro. Esta situación está generando un colapso en lo que a transporte de carga pesada se refiere, pues obliga a extender los tiempos de recepción, así como acuerdos no previstos entre las partes involucradas, lo que ocasiona pérdidas a propietarios y afecta a los consumidores, que ven cómo se duplican los precios de traslado. De acuerdo con la nota de prensa, navieras como el “Rosa Eugenia” y “Concepción Mariño” no funcionan desde hace más de dos años, y el “Cacica Isabel” está varado desde febrero de este del 2016. Asimismo, los ferrys que transportan pasajeros y vehículos pequeños también han sufrido los embates del abandono. Imágenes y testimonios como estos retratan la importancia de la empresa privada y la existencia de garantías plenas a los derechos de propiedad a sus dueños, pues será de su propio interés, en paz y libertad, el ofrecer servicios de calidad a todos por igual lejos de los cementerios de chatarra en que se han convertido agrupaciones como Conferry.
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Elaborado por: Carlos Herrera – investigador Observatorio de Derechos de Propiedad
Para más información: carloshcedice@gmail.com
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