“Los que nunca cambian de opinión, nunca cambian nada” Gary Oldman haciendo de Winston Churchill en la película “The Darkest Hour”.
Hay quienes añoran el modelo de Estado y de hacer política previa a la llegada del Socialismo del Siglo XXI, el del petro-estado democrático y los acuerdos políticos alcanzados gracias al reparto de la renta petrolera. Ese modelo de Estado y de hacer política fue lo que trajo al chavismo al poder, y a su vez se ha pervertido a unos niveles que hacen inviable su regeneración para el futuro de Venezuela. El Estado venezolano financiado por el ingreso petrolero nos trajo educación y salud masiva, autopistas, viviendas, tendidos eléctricos, embalses de agua y democracia, en fin, cierta modernidad tanto física como política a nuestro país. Cuando en 1973 el Estado pasa de usar el ingreso petrolero de financiar los servicios sociales a usarlo para convertir al país en un sistema de economía planificada, el modelo comenzó a construir el largo camino hacia su colapso. Los guardianes de la democracia, como en su tiempo fueron los centuriones del Imperio Romano, se pusieron del lado de los bárbaros, es decir, de aquellos que buscaban conquistar el poder para destruir la democracia y la civilización. El sistema se había vuelto corrupto, no había entusiasmo para defender la democracia y por egoísmo o mera supervivencia, sus guardianes huyeron o se unieron al chavismo.
Y como en el Imperio Romano, cuando los bárbaros se hicieron con el poder, se destruyó lo que implicaba los avances del sistema democrático iniciado en 1958 en pro de la civilización. La expansión del Estado sin límites, la concentración del poder, la persecución a los disidentes, en fin, las tragedias que hoy conocemos, acabaron con el modelo de democracia como la conocíamos. Sólo tenemos una memoria de lo que era las cosas antes del Socialismo del Siglo XXI, una visión de que Venezuela fue una vez mucho mejor a la hecatombe que es hoy en día. Eso hasta cierto punto está bien. El miedo es que alguien crea que simplemente que cuando resucitemos la democracia y la libertad en el país, será de la misma forma en que existía días antes de la ascensión de los bárbaros al poder de nuestro país. No podemos retroceder al pasado, pero quizás si podemos acelerar el futuro.
Ese pasado no va a regresar, donde el petro-estado democrático-planificador y la política hecha a través de pactos para repartirse la renta de petrolera han muerto para siempre. El Socialismo del Siglo XXI actualmente se derrumba incluso a mayor velocidad de la que está destruyendo el país. La panacea de un estado fuerte, planificador, centralizado, y especialmente autoritario, está falleciendo. La ciudadanía venezolana sobrevive a este sistema fracasado, entre las ruinas de una cárcel creada para retenerles por siempre. La puerta está abierta. Podemos salir de ella o caer en nuevas esclavitudes en lugar de luchar (como intentar resucitar el viejo petro-estado). Nuestra es la elección como nunca lo fue, de crear un nuevo pacto en que la libertad no es un medio deseable sino el fin más noble que un ser humano puede aspirar. Podemos proponernos por primera vez en nuestra historia el dejar de jugar a mesías y demonios, y aceptarnos como seres humanos. Se necesitará un nuevo liderazgo con nuevas ideas, que no es lo mismo que nuevos mesías. Un liderazgo más pragmático que ideológico.
Un liderazgo pragmático no es el que se fundamenta en «se vale todo«. Es un liderazgo que renuncia a afirmar que tiene la certeza sobre las cosas todo el tiempo; que contempla que todo es criticable y corregible; y que acepta la contingencia y el azar en los acontecimientos. Los liderazgos ideológicos creen que todo está trazado previamente, lo que es lo menos que le conviene a Venezuela en estas horas tan oscuras y las que les precederán.
Una actitud razonable es enseñar a los jóvenes pensando en los hijos y nietos de esos jóvenes. Para que afronten con lucidez, valor, humanidad y sentido común el futuro que les tocará construir esas tres generaciones de venezolanos. Para que tenga que construir algo nuevo y hermoso, conservando lo que puedan de cuanto de bueno dejó tras de sí el mundo previo al Socialismo del Siglo XXI. Es el mundo en que los nuevos líderes afirmen cuando esto llegue a su fin, que las personas no busquen necesariamente esperanzas irracionales en ellos, porque ellos no son los hijos de una amable era. Estos líderes serán en el mejor de los casos las rocas los cimientos de un país mejor, donde tendrán que pedirles a las personas para que les crean que se fijen más en sus creaciones que en sus palabras; que si quieren prosperidad, que se miren en lo que las personas comunes pueden hacer por emprendimiento en vez de esperar milagros de mesías iluminados.
Y en este momento, y en esta cueva interminable a la que llamamos futuro, mucho más allá de los restos de una forma de hacer política cuya época ya pasó, empieza todo. Empieza aquí y ahora, con un ejército de ideas y principios para traer sensatez a un país plagado por cosas mucho peores de las que habíamos concebido en nuestras más tétricas pesadillas (los ejércitos de hombre armados ya sabemos que sólo han traído muerte y depravación en nuestras sociedades). Pero si nos proponemos, a partir de ahora podemos crear las condiciones para que todos disfrutemos de vida buena…una la bastante buena para todos en libertad.
Las 5 noticias más importantes:
Después de años aplicando un férreo de control de cambios, el gobierno de Nicolás Maduro tolera ahora las operaciones en divisa como vía para contener la hiperinflación y estabilizar una economía golpeada por una de las peores crisis de la historia reciente.
Fuente: https://www.bbc.com/
La aerolínea portuguesa TAP anunció este lunes que no comprende la orden del cese de sus operaciones durante 90 días en Venezuela, orden que fue emitida por el régimen de Nicolás Maduro.
Fuente: https://www.elnacional.com
El gobierno implementó un estricto control socialista por décadas. Ahora, el capitalismo está de vuelta para mantener a Nicolás Maduro en el poder. Una empresa ejemplifica el fin de las tensiones entre la Revolución bolivariana y el sector privado.
Fuente: https://www.nytimes.com/
Según la Evaluación de Seguridad Alimentaria del Programa Mundial de Alimentos, la región Guayana es una de las zonas con mayor inseguridad alimentaria en el país: Delta Amacuro (21%), Amazonas (15%) y Bolívar (11%), debido a la vulnerabilidad económica de los ciudadanos y las fallas en los servicios públicos como agua y electricidad.
Fuente: https://www.correodelcaroni.com/
La mayoría (47%) de los venezolanos menciona al alto costo de la vida, cuando se le pregunta por el primer problema de Venezuela. El estudio realizado por la firma Datos Group encontró que esto aparecía en menciones libres entre las 2.100 personas encuestadas y se repetía sin importar si son empleados de la empresa privada o la pública, si se dedican al trabajo independiente e incluso, si se manejan con dólares o bolívares.
Fuente: https://efectococuyo.com/
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Elaborado por el Observatorio de Derechos de Propiedad
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