Hay discusiones que, aunque su resultado sea obvio es necesario realizar, ya que determinadas creencias y prejuicios a nivel colectivo distorsionan la verdad. Una de ellas es sin duda aquel mito de que la libertad económica es incompatible con mucho o algo de protección social de los más desfavorecidos materialmente en una sociedad. Sabemos que existen tendencias que se hacen llamar “liberales” que abogan por que todos los bienes que tienen que ser consumidos por una sociedad deben partir exclusivamente del sector privado (incluso servicios como salud, educación y seguridad) y que el Estado se debe simplificarse a unos mínimos microscópicos. Igualmente hay algunos que se hacen llamar “liberales” que parecen contentos con una especie de darwinismo social, en que se justifica que los sectores vulnerables lo son por no ser competentes dentro de la dinámica del juego económico del mercado y merecen las desgracias que acarrean su debilidad social.

Hay que aclarar primero que el liberalismo no es una doctrina, es una actitud. Su valor central es el respeto al otro. El liberal practica el diálogo, el debate, la razón pública, la tolerancia. El liberal celebra la pluralidad de opiniones y puede aceptar el debate sobre temas delicados sin caer en el dogma o los clichés. Una entrevista concedida por Francesca Ramos Pismataro (enero del 2018), directora del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, nos deja claro comparando las diferencias entre Colombia y Venezuela (la primera claramente una economía de mercado y la segunda un socialismo orientado hacia el comunismo) como es el gasto social en una economía de libre mercado y como es en una economía dirigida desde el Estado. Ramos Pismataro deja claro que, en Colombia en comparación con Venezuela, el Estado es mucho más pequeño y tiene funciones mucho más limitadas en materia económica que el venezolano, incluso en el modelo previo al Socialismo del Siglo XXI. La académica colombiana evidencia que la sociedad colombiana tiene una tradición de poca dependencia del Estado, ya que tiene un sector privado sólido, participativo, diversificado y tiene una influencia muy fuerte en la política, lo inverso a Venezuela.

Pero uno de los elementos más importantes de la entrevista con Ramos Pismataro es como en Colombia se maneja lo social dentro de una economía de mercado. Los subsidios en Colombia se orientan a las clases menos favorecidas, generalmente no para crear una clientela política sino empoderar a los pobres para ser emprendedores en un sistema de mercado libre; mientras que en un petro-estado como el venezolano hay recursos para todos los sectores, llámame empresarios de clase alta, profesionales de clase media y habitantes de las clases populares que no tienen medios para subsistir. La razón de lo anterior es fácil de inferir: Crear clientelas y conexiones políticas del Estado con todos los estratos para generar determinadas hegemonías políticas.

Esta sobredimensionada política social del petro-estado venezolano consiste es que, gracias al ingreso petrolero, cuando hay altos precios del petróleo, esto no sólo impacta el crecimiento económico del país sino a su institucionalidad política y social. Lo que hacen los gobiernos en esas condiciones es empezar a distribuir esa renta entre diferentes sectores económicos y sociales, que lentamente erosionan cualquier modelo de democracia como el que existió previo al chavismo.

Los modelos de economía libre de mercado no están exentos de ayuda social a los más pobres desde el Estado, pero se restringen dentro de unas pautas para evitar la corrupción y la construcción de clientelas electorales que socavan lentamente las democracias. Allí la política social ayuda a los pobres a convertirse en emancipados de su pobreza al convertirlo en emprendedores libres, no en dependientes del Estado.

Uno de los mayores estudiosos de la Sociedad Bienestar y el gasto público en las democracias, fue el sociólogo Gösta Esping-Andersen, que define este modelo no como falta de gasto social en una economía de mercado sino como “capitalismo de bienestar liberal”. En ella se cree que los individuos pueden ser autosuficientes y pueden recurrir al mercado para alcanzar esa libertad una vez que hayan recibido determinada ayuda del Estado; pues el Estado sólo debe cubrir los malos riesgos, los que son inaceptables para una sociedad decente.

Esping-Andersen se refiere evidentemente al mínimo de la inviolabilidad de la persona, que en una democracia liberal no puede ser transgredido ni siquiera en función del mayor bienestar del conjunto de la sociedad, ya que para la actitud de un verdadero liberal se  deben respetar los límites de la concepción política de la justicia En consecuencia con ello, el régimen de bienestar liberal adopta una definición restringida y selectiva para definir, mediante comprobaciones de medios de vida e ingresos, quién tiene derecho a las garantías sociales, o, por contraposición, quiénes están excluidos de ellas. Esto no es tan popular como decir que todos los sectores de la sociedad se merecen todos los beneficios sociales que el Estado pueda o no costear, pero ha mostrado ser más eficiente en reducir la pobreza en los países que lo han aplicado con más energía: Australia, Canadá y Nueva Zelanda (primeros en índice de desarrollo humano en el mundo igual que libertad económica y democracia) ¿Con base a estas ideas, tendremos el valor de plantear no sólo un modelo económico sino también de bienestar social superior al del Socialismo del Siglo XXI cuando este termine de expirar?

Las 5 noticias más importantes:

  1. Crisis en Venezuela: qué hay detrás del plan de Nicolás Maduro para PDVSA y la supuesta «privatización encubierta» de la petrolera estatal

Pese a que durante años, el gobierno se jactó de haber recuperado la petrolera estatal «para el pueblo», la decisión alimentó las sospechas de observadores que denuncian un plan para la privatización de la empresa y señalan como potencial comprador a Rosneft, la petrolera estatal de Rusia, principal valedor internacional de Maduro frente a Estados Unidos.

Fuente: https://www.bbc.com/

  1. Venezuela prepara una cuarentena selectiva tras pasar de dos a diez casos de COVID-19

El Gobierno de Venezuela adoptará medidas para una «cuarentena colectiva selectiva» que permita frenar la expansión del coronavirus COVID-19, tras pasar de dos a diez casos confirmados en 24 horas, entre ellos el de un español, informó este sábado su ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez.

Fuente: https://www.efe.com/

 

  1. Fedecámaras insta a sus afiliados a seguir consejos de autoridades

Federación de Cámaras y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecamaras) instó a todos los afiliados a acatar las recomendaciones que dieron las autoridades nacionales ante la llega del coronavirus a Venezuela. Destacan que el país necesita de la colaboración de todos los sectores y actores sociales para «disminuir el impacto del Covid-19», es por eso que decidieron suspender todas las actividades que implique una concentración numerosa de personas y evitar convocar este tipo de reuniones.

Fuente: https://www.laprensalara.com.ve/

 

  1. Coronavirus: Maduro suspende por un mes los vuelos a Venezuela desde Europa y Colombia por la amenaza del covid-19

Nicolás Maduro anunció la suspensión durante un mes de los vuelos a Venezuela desde Europa y Colombia para hacer frente a la amenaza de la pandemia del coronavirus.

Fuente: https://www.bbc.com/

  1. «Es la primera pandemia del siglo XXI»: los puntos más importantes del discurso de Maduro sobre el coronavirus

Después de que la Organización Mundial de la Salud clasificó como pandemia el coronavirus COVID-19, Nicolás Maduro decidió tomar medidas para enfrentar la enfermedad en un país sumido en la peor crisis de su historia, que comprende un sistema sanitario en deplorables condiciones.

Fuente: https://www.elnacional.com/

 

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Elaborado por el Observatorio de Derechos de Propiedad

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